1946
El origen de una maestría
El 30 de marzo de 1946, en el pequeño pueblo de Esguevillas de Esgueva, nacía Flor de Esgueva.
En este enclave rural de Castilla y León, donde las familias vivían al ritmo del campo y elaboraban queso con la leche de sus propias ovejas, un maestro quesero comenzó a crear queso artesanal en la bodega de su casa. Así surgía una tradición quesera que, con el tiempo, se convertiría en sinónimo de excelencia.


El verdadero impulso llegó de la mano de Domingo Massanes, un comerciante catalán con visión, que descubrió aquel queso y reconoció en él algo único. Gracias a su iniciativa, Flor de Esgueva empezó a viajar más allá del valle, llevando consigo el sabor auténtico de su origen, el saber hacer de sus maestros y la calidad de un producto hecho con respeto, dedicación y carácter. Desde entonces, Flor de Esgueva es mucho más que un queso: es el reflejo de una tierra, de una historia y de una manera de entender la excelencia.










